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/ revista
bimensual de crítica de crímenes / número 7- enero
2005
Por qué
salió mal
La
caspa fue su perdición
Esther. Andrew
Pearson, un británico de 40 años, tiene caspa y no se molesta
en comprar un champú adecuado. El hombre atracó un banco de
Hull (noreste de Inglaterra), en junio de 1993, en compañía
de dos colegas y de dos pistolas y un bate de béisbol. Pero Andrew
se dejó atrás la media que le cubría la cara con 25
escamillas de caspa que revelaron su ADN. En noviembre de 2004 le han condenado
a 15 años de cárcel por atraco y posesión de armas.
Roba
un coche de bomberos y llama a la grúa
Juanma. Un
californiano de 36 años con varias copas de más tuvo un problema
de razonamiento en noviembre. Si el coche se te queda atascado en el barro
y da la casualidad de que dicho coche dispone de radio, lo lógico
es usarla para llamar a la grúa, ¿no?. Pues no, al menos en
este caso, ya que el coche era de bomberos y el hombre lo acababa de robar.
La grúa llegó acompañada por la policía, y el
hombre está ahora acusado de robo de vehículo y de conducir
borracho.
Según parece, el pobre hombre se había peleado con su mujer
y llevaba dos días sin parar de beber y yendo de un lado para otro
en su Chevrolet. En estas condiciones, le falló el embrague y acabó
con el coche atascado en el barro de una carretera, cerca de una estación
de bomberos voluntarios donde no había nadie en aquel momento. El
hombre entró por el garaje de los bomberos en busca de un teléfono
para pedir ayuda y, al no encontrarlo, se llevó uno de los camiones
-con su escalera, su manguera y todo lo demás-, dispuesto a desembarrancar
él solito su automóvil. Repitiendo paso a paso la maniobra
anterior, consiguió hundir también el coche de bomberos en
el mismo barro, a escasos cinco metros de su propio coche. Pero ahora disponía
de radio y podía pedir ayuda.
Cuando llegaron la policía y los bomberos, encontraron el coche del
beodo lleno de botellas de cerveza y folletos de Toxicómanos Anónimos.
Ladrones
dejan rastro de condones
Esther.
Dos adolescentes
arrancaron una máquina de preservativos de la pared con un pico y
se la llevaron a un lugar apartado, pero la mercancía se les iba
cayendo por el camino dejando un sospechoso rastro. La policía siguió
los condones y se los encontró con la recaudación de la máquina,
que ascendía a un euro. Si es que España debe ser el país
donde más se habla de sexo y menos se practica. La máquina
de tabaco... ahí seguro que hay un buen botín.
Roba un banco antes de su inauguración
Andrea. Michael
Donald Marshall, de 39 años, está acusado de robo, aunque
quizás deberían añadir negligencia, ya que antes de
robar un banco es necesario informarse un poco, etapa que Marshall claramente
no cumplió al entrar al Bank of America y amenazar con que tenía
una pistola para que le dieran dinero. Lo que no sabía es que el
banco ni siquiera había sido inaugurado y, por lo tanto, no había
fondos en metálico con que satisfacer sus demandas. Otro detalle
curioso es que solo exigió a los cajeros 500 dólares, suma
que no parece ser suficiente para arriesgar una condena de cárcel
ni para escapar a algún país soleado si te sale bien el robo.
Le detuvieron en noviembre en Kennesaw.
Cutrerio
lleva a ladrón a la cárcel
Esther. El
problema de Derek Anthony Sterns fue que decidió economizar con la
factura telefónica y llamó al teléfono móvil
de un amigo desde la casa que acababa de robar en Lake Ridge (Virginia,
EEUU). Resulta que el amigo de Derek era también amigo del propietario
de la vivienda y, después de hablar con el presunto ladrón,
llamó a al dueño y le preguntó: "¿qué
hace Derek en tu casa?"
Derek había robado objetos valorados en 2.300 dólares USA
y le detuvieron en diciembre en su casa.
Más
tontos imposible
Juanma. Una
pareja de Florida, de 17 y 18 años, llegó a su casa en diciembre
y descubrió que habían entrado ladrones. Inmediatamente, llamaron
a la policía, como hace casi todo el mundo en estas circunstancias.
Cuando llegaron los agentes, la pareja explicó que les habían
robado unos 100 gramos de Marihuana, y que necesitaban recuperar la hierba
porque tenían pensado venderla.
La policía no se mostró cooperativa con las pobres víctimas.
Antes bien, detuvo a la pareja por posesión de Marihuana con intención
de venderla. Se les ha fijado una fianza de 17.500 dólares. Todo
les pasa por confiar en las autoridades.
No lo achaquen todo a la inexperiencia juvenil. En Pensilvania, un ciudadano
de 63 años, Joel C., fue detenido en noviembre también por
posesión de Marihuana, que estaba desparramada por el suelo de su
coche. La policía había parado el vehículo porque Joel
iba circulando sin dar importancia al hecho de llevar sólo tres neumáticos.
Tal vez Joel no sea exactamente tonto. Lo que está claro es que él
no llevaba la maría para venderla.
¿Pero qué me dicen del candidato de Cass County, Nebraska?
Éste merece que digamos su nombre completo: Kevin Martzett, de 39
años, ni muy joven ni muy viejo, fue detenido en noviembre por atraco;
según la policía, además de quitarle el dinero a la
víctima, la obligó a ir a un banco y cobrar por él
un cheque del gobierno, extendido a nombre de "Kevin Martzett".
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