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/ revista trimestral de crítica de crímenes / número 23- abril 2008
Estafa,
timo y falsificación
Comercializan
vientres de alquiler en la Red
Esther.
La policía peruana ha descubierto a una banda de estafadores que
ofrecían vientres de alquiler a parejas extranjeras interesadas
en tener hijos por este procedimiento. Al parecer, ofrecían este
servicio en Internet a cambio de entre 10.000 y 34.000 dólares
USA. De momento, han detenido a una chica de 22 años en marzo y
buscan a otros dos hombres acusados de formar parte del grupo. Se cree
que estafaron a veinte parejas de distintos países.
El servicio que ofrecían consistía en la implantación
de embriones de parejas extranjeras a jóvenes peruanas que accedían,
según ellos, a gestar al niño a cambio de dinero. Decían
que los óvulos de las extranjeras serían inseminados con
los espermatozoides de su pareja en una clínica de Lima. Por ello,
los extranjeros viajaban a la capital peruana para realizar la fecundación
in vitro y después regresaban a su país. Posteriormente,
la banda les enviaba las supuestas ecografías de su hijo y les
cobraba distintas cantidades según iba avanzando el embarazo. Al
final, les remitían partidas de nacimientos falsificadas y fotos
de menores. Pero todo era una farsa, según los investigadores,
porque no llegó a haber ningún embarazo.
Los problemas de fecundidad del primer mundo, con las mujeres que intentan
tener su primer hijo a una edad en la que en otros países son abuelas
y la decreciente calidad del esperma de los varones, han convertido las
adopciones de niños de países desfavorecidos en un suculento
negocio demasiado atractivo para desaprensivos. Aunque se trate de adopciones
internacionales legales siempre hay un coste, por lo que hay una serie
de tramitadores de expedientes y papeles varios que se lucran con la desgracia
de las madres que no pueden hacerse cargo de sus hijos. Eso sí,
por el niño en sí no se paga, pero unos salen más
caros y otros más baratos, según de donde vengan.
Perú es uno de los países que se ven más afectados
por los problemas de fecundidad del primer mundo, en marzo también
detuvieron a tres mujeres de una misma familia (madre, hija y cuñada)
que se dedicaban supuestamente a comprar niños a madres indigentes
por 200 soles para revenderlos en España. Sospechan que en la trama
también pueden estar implicados un notario, un abogado y una matrona.
La hija, de 46 años, vive en España. Acudió a un
hospital de Lima con una recién nacida para un control médico,
asegurando ser su madre. La policía registró el domicilio
de la mujer donde localizó la documentación de la verdadera
madre y un documento por el que se comprometía a entregar a su
hija a cambio del dinero.
La
estafa piramidal sigue en pleno auge
Esther.
A pesar de que la estafa piramidal es un invento muy antiguo, de principios
del siglo XX, y de que hoy en día se pueden encontrar fácilmente
numerosas noticias y explicaciones sobre el tema en Internet, casi un
siglo después de la detención de Charles Ponzi, que ofrecía
la devolución en 90 días de la cantidad invertida más
el 50 por ciento de interés en la Securities Exchange Company,
la estafa sigue teniendo un éxito arrollador.
Aunque en mayo de 2006 se destapó en España la supuesta
mayor estafa piramidal de la historia en unas empresas que llevaban más
de un cuarto de siglo en el mercado, el febrero de 2008 se ha descubierto
el caso de una nueva empresa que presuntamente ha estafado 25 millones
de euros a medio millar de personas. La empresa, con sede en Valladolid
y una delegación en Sevilla, captaba dinero de particulares para
invertirlo, según ellos, en los mercados de capitales. La policía
ha detenido en Valladolid a L.B.P., de 61 años, y J.M.C.C., de
57, acusados de estafa continuada, apropiación indebida y un delito
societario. La financiera operaba desde 1999, pero no estaba registrada
en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, como exige la ley
para este tipo de entidades. Según los investigadores, sus inversiones
producían fuertes pérdidas de las que no informaban a los
clientes y cuando alguno solicitaba la devolución de la inversión
se le entregaban aportaciones de otros clientes con las que también
se pagaban los gastos de funcionamiento de la entidad. Al parecer, en
verano de 2007 la situación se hizo insostenible y la empresa ya
no pudo hacer frente a más pagos.
La Boston
Continental S.A. de Argentina
Por otro lado, en Argentina, los inversores de la Boston Continental ni
siquiera se dieron cuenta de los peligros de la inversión cuando
la Comisión de Valores argentina clausuró en octubre de
2007 otra empresa similar, Mesopotámica S.A., que había
estafado presuntamente a 500 inversores.
La financiera Boston Continental S.A. ofrecía un interés
del 30 por ciento a los clientes que invertían su dinero en la
empresa. Empezó a operar a principios de 2006 en Corrientes (Argentina),
sin autorización de la Comisión de Valores ni habilitación
legal alguna. Al principio, devolvían los beneficios regularmente
y no había problemas para recuperar el total de la inversión,
por lo que fue corriendo la voz y se cree que unas 7.000 - 12.000 personas
llegaron a invertir unos 50 millones de pesos en la empresa. Como suele
pasar en las estafas piramidales, algunos llegaron a vender propiedades
para tener más efectivo para invertir.
Pero todo empezó a cambiar en diciembre de 2007. Primero cerraron
la oficina por un funeral y ya en enero de 2008, por un problema informático
que les tendría ocupados hasta el día 7. Llegado el día
señalado, tampoco abrieron sus puertas y lo único que le
quedó a los inversores fue denunciarles. Se cree que los siete
prófugos pueden estar en Paraguay.
Destapan la mayor estafa piramidal de la historia
(Adegüello, julio 2006)
Venden sistema de
depilación fantasma
Esther.
La fiscalía de Alicante ha solicitado una pena de ocho años
de cárcel para los dos acusados de estafar más de un millón
de euros con la venta de un sistema láser "infalible",
que ni siquiera tenía láser, a más de medio centenar
de centros de estética y clientes que querían depilarse.
En el juicio que comenzó en febrero, el fiscal también solicitó
que se les condenara a pagar una multa de 12.000 euros y a devolver a
las víctimas las cantidades estafadas más los intereses.
Al parecer, los acusados se dedicaron a vender en el verano de 1999 un
método "revolucionario" de depilación, con la
garantía de devolver el dinero a los clientes que no quedaran satisfechos.
Y, aunque lo clientes seguían teniendo pelo y se quejaban, no se
les devolvió el dinero.
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