www.adeguello.net / revista trimestral de crítica de crímenes / número 21- octubre 2007



Por qué salió mal


El asesino escribe la novela del crimen

Juanma.
Estamos seguros de que nunca más volveremos a comentar un caso como éste, el "por qué salió mal" definitivo. Aquí tenemos un hombre que cometió el crimen perfecto y no fue capaz de quedarse callado.
Krystian Bala, polaco, licenciado en filosofía y residente en Wroclaw (antes Breslau), publicó en 2004 una novela titulada "Amok" en la que un hombre secuestra, tortura y mata al amante de su mujer, arrojándolo atado al río Oder. La novela se vendió bien y, sobre todo, tuvo un éxito inesperado en las comisarías de policía, concretamente en el departamento de homicidios de Wroclaw.
La razón era que el crimen descrito en la novela coincidía al detalle con un caso real, ocurrido hace siete años y nunca resuelto. En 2000, un pescador encontró un cadáver flotando en el Oder, atado de tal manera que le habría sido imposible nadar estando vivo. Tenía además señales de tortura y se comprobó que no había comido en varios días. Fue identificado como Dariusz Janiszewski, propietario de una pequeña agencia de publicidad.
Durante años, la policía no tuvo ninguna pista sobre el móvil del crimen ni encontró ningún sospechoso. Y de pronto, en una novela muy vendida, aparecía un asesinato idéntico, incluyendo detalles que sólo la policía y el asesino conocían. Parecía que valía la pena investigar al autor.
¡Bingo! La policía descubrió que Bala había llamado a la víctima el día en que ésta desapareció. Un poco más de investigación reveló que, cuatro días después, Bala había vendido el teléfono móvil de Janiszewski en una subasta de Internet. ¿No habría sido Janiszewski amante de la mujer de Bala? Pues sí.
Bala, que ahora tiene 36 años, ha sido condenado a 25 años de cárcel por asesinato motivado por los celos, aunque él ha negado en todo momento su culpa y asegura que escribió la novela basándose en las noticias de prensa.
¿Por qué salió mal? El caso es verdaderamente delirante. Ya O.J. Simpson había escrito un libro titulado "Si yo lo hubiera hecho", donde explicaba cómo habría matado a su mujer y al amante de ésta en caso de haberlo hecho él. Pero bueno, ya había sido juzgado y ¡absuelto!, se había gastado un pastón en abogados y había que llenar un poco la caja. Pero lo de Krystian Bala lo supera todo. Durante cuatro años, nadie le había relacionado con el asesinato y así habrían seguido las cosas si se hubiera callado. ¿Qué extraño acceso de hubris le impulsó a contarle al mundo que había cometido un crimen perfecto? ¿Pensaba que ningún policía de homicidios leería jamás su novela?
A los interesados en detalles, se les recomienda que lean la novela. Claro que está en polaco.





Policía se infiltra en chat pederasta como madre soltera


Esther.
Debía pensar que había hecho una propuesta difícil de rechazar. Le dijo a la madre que si le llevaba a su hija de 13 años a Alabama (Estados Unidos), le enseñaría a ser una esclava sexual, mantendría relaciones vaginales, anales y sexo oral con la chica y le enseñaría a hacer recados. Pero Liz no era una madre soltera, sino una policía de Vermont que le tendió una trampa al supuesto pederasta que utilizaba el discreto apodo de "ilikeyounggirls6up". Estuvieron tres meses chateando hasta que le detuvieron en agosto. Thomas Earl Douglas, de 61 años, se enfrenta ahora a una pena de hasta 20 años de cárcel y a una multa de 250.000 dólares USA.





Cree que su víctima le recomendará para un trabajo


Andrea.
En agosto, Howard Moore, de 24 años, ha sido arrestado por el robo y violación de una agente inmobiliaria, de 47, en California. La mujer lo había citado para enseñarle una casa, tras lo cual el hombre la violó y le robó sus pertenencias. Pero el atacante no contaba con que desde casi el momento del delito su víctima ya estaba pensando en la venganza. La mujer lo convenció de que no le guardaba rencor y de que no sólo no pensaba denunciarlo, sino que además podía conseguirle una entrevista para trabajar como vigilante de seguridad.
El violador cayó en la trampa y al día siguiente se presentó en el sitio acordado para la entrevista. Aunque la mujer pensaba vengarse de la agresión sufrida por sus propios medios, porque temía que un juicio pudiese dejarlo libre, al final unos parientes la convencieron para que informara de todo a la policía. Así que, cuando el atacante se presentó confiado en una cafetería fue detenido por dos agentes.





La cajera de banco y su hermano atracador

Juanma.
Kimberley Duncan, de 19 años, trabajaba de cajera en un banco de Cleveland (Ohio, EE UU), que tuvo la desgracia de ser atracado dos veces en un mes, entre mayo y junio. Por el mismo atracador. La primera vez, el asaltante le presentó a Kimberley una nota pidiendo dinero y se llevó casi 10.000 dólares. La segunda, decidió jugar más fuerte: le enseñó un revólver y exigió que le abrieran una caja fuerte, llevándose unos 108.000 dólares.
El FBI tomó declaración a la cajera Kimberley, y ésta dio una descripción perfecta del atracador. Tan perfecta que un mes después, en julio, cuando un hombre fue detenido por posesión de drogas, un avispado inspector se dio cuenta de que aquel podría ser el atracador recalcitrante. Y entonces empezaron las sorpresas.
Porque Kimberley no lo había contado todo. No contó, por ejemplo, que en ambas ocasiones el atracador se había marchado en el coche de la propia Kimberley (un testigo tomó parte de la matrícula). Ni que vivía con ella en la misma casa. Y es que el atracador aficionado a las drogas era su hermano Joshua Duncan, de 21 años. Los hermanos habían planeado los robos aprovechando el conocimiento que Kimberley tenía sobre las rutinas del banco. No obstante, parece que Joshua no es precisamente un bandido rumboso. Tan sólo le dio a Kimberley 6.000 dólares por su participación en los atracos. Ten hermanos para esto. ¿Será por eso que lo describió tan bien?





"Peter Addison estuvo aquí"

Juanma.
Peter Addison es un joven inglés de Adlington (Cheshire), miembro de una pandilla llamada "The Adlington Massiv". Como parte de sus actividades culturales, la pandilla decidió emborracharse y asaltar un campamento juvenil cercano, causando destrozos por valor de más de 2.000 libras esterlinas y llevándose diversos objetos. Aunque el asalto se produjo por la noche y nadie les vio la cara, la policía tardó sólo un día en detener a Peter y uno de sus cómplices, los dos de 18 años.
¿Tan eficaz es la policía de Cheshire? Pues sí, sobre todo si la ayudan. Y es que Peter no pudo contener su ego y dejó en el lugar de los hechos varias pintadas escritas con rotulador, una de las cuales decía "PETER ADDISON ESTUVO AQUÍ".
No parecía una mala pista, aunque nadie se creía que un asaltante fuera tan tonto como para dejar su firma en la escena del delito. No obstante, valía la pena consultar el ordenador. Efectivamente, había un Peter Addison en Adlington. Lo normal era hacerle una visita. Y allí estaba Peter, vistiendo una camiseta nueva del campamento asaltado, robada la noche anterior.
"Cuando vi la pintada, pensé que era un truco para despistar a la policía -ha declarado una monitora del campamento-. Cuando me dijeron que el ladrón se llamaba efectivamente Peter Addison, no me lo podía creer".
Peter y su amigo han sido condenados a pagar 750 libras cada uno, más las costas. También tendrán que hacer trabajos comunitarios. Nos permitimos añadir que no les vendría mal un cursillo de clandestinidad.





Pretende matar al marido con éxtasis extra fuerte

Esther.
Quería matar a su marido con una pastilla de éxtasis extra fuerte en el curry, según los investigadores. Al parecer, Susan Shervill, una encargada de supermercado de 46 años, le pidió ayuda a un ex amante que trabajaba en la tienda. Pero Tyler Davies, de 28, le fue a la policía con el cuento, y los agentes le tendieron una trampa.
En marzo, Davies se citó con la mujer en una zona industrial de Llanelli (Gran Bretaña), y la policía grabó una conversación que se ha convertido en la principal prueba de cargo del juicio que comenzó en julio en un juzgado de Swansea. En ella, Shervill contaba que planeaba matarlo una noche que salieran con otra pareja, para tener testigos.
De todas formas, la mujer se ha buscado una buena excusa. Alega que lo que quería era suicidarse y que tuvo que mentirle al compañero de trabajo porque si le hubiera dicho que era para ella, no se la habría vendido. Además, explicó que Davies le hacía chantaje con la amenaza de contarle al marido que habían estado liados y que ya le había tenido que dar 5.000 libras por su silencio.
Por su parte, el marido dice que quiere a su mujer y no cree que haya querido matarle
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