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/ revista trimestral de crítica de crímenes / número 20- julio 2007
Nuevas
tendencias
Ayudan
a morir a los depresivos
Andrea.
Los fiscales suizos han pedido en junio un endurecimiento de la legislación
para las clínicas de suicidio asistido, tras descubrirse que algunos
de sus clientes no eran enfermos terminales, los únicos autorizados
a recibir asistencia para el suicidio, sino personas que simplemente sufrían
una depresión que se podía haber curado con la atención
médica pertinente. Las leyes suizas permiten a los médicos
proporcionar asistencia pasiva al suicidio a enfermos en fase terminal
o que padecen grandes sufrimientos.
Se sospecha que las clínicas autorizadas Dignitas y Exit International,
que son las suelen recibir a más extranjeros, no están aplicando
el debido proceso para asegurar que los pacientes cumplen la normativa
del derecho a morir. Se ha comprobado que algunos pacientes han recibido
el cóctel mortífero a las pocas horas de llegar a las clínicas,
lo que impediría a los médicos y psicólogos realizar
una evaluación detallada del caso y ofrecer el consejo adecuado.
También se cree que los pacientes extranjeros tienen mayor facilidad
para conseguir informes médicos y psiquiátricos falsos.
La alerta surgió con el caso de una mujer alemana de 67 años
que presentó en la clínica certificados médicos que
le diagnosticaban una cirrosis incurable, pero después resultó
que padecía alcoholismo y depresión, y no cirrosis. El fiscal
jefe del cantón de Zurich dice que no están intentando prohibir
este "turismo de la muerte", sino controlar más la contratación
de servicios de ayuda al suicidio.
Los
violadores de mujeres inconscientes
Esther.
Los dos se dedicaban a drogar a chicas para violarlas mientras estaban
inconscientes, según los investigadores, pero el millonario japonés
tuvo menos suerte porque se le murió una, mientras que sólo
una de las supuestas víctimas del australiano sospechaba que había
pasado algo raro durante la cita. No se sabe bien qué les daban,
pero se cree que los dos llevaban más de una década violando
a mujeres inconscientes. Dicen que los dos grababan las violaciones en
unas cintas de vídeo que se convirtieron en las principales pruebas
de la acusación. El australiano tapaba supuestamente la cara de
las mujeres con fotos de una presentadora de televisión y el japonés
se tapaba la cara con un máscara del Zorro.
En junio, la policía
del estado de Victoria (Australia) ha detenido a un hombre acusado de
drogar y violar a más de una docena de mujeres sobre las que ponía
fotos de la presentadora de televisión Naomi Robson mientras perpetraba
la violación. Creen que las agresiones se registraron entre 1995
y 2006 en una casa en Melbourne y otra situada en la Península
de Mornington, en la playa.
John Nicholous Xydias, de 43 años, era cocinero en un restaurante
en el que la policía investigaba la existencia de una cámara
de vídeo en el cuarto de baño de mujeres. Las pesquisas
les condujeron a la vivienda de los padres del cocinero, que todavía
no se ha emancipado. Al parecer, allí han encontrado 90 vídeos
en los que se recogen imágenes de agresiones sexuales a numerosas
mujeres que aparentemente estaban inconscientes y sobre las que aparecían
fotos de la presentadora. La novia del acusado, con la que lleva nueve
años, contó que se habían conocido a través
de un teléfono de hacer amigos y que sabía que cada vez
que se separaban (porque ella se quería casar y él no) él
tenía relaciones con otras chicas con las que contactaba a través
de los mismos teléfonos. La policía sospecha que drogó
a algunas en esas citas y que después las violó y lo grabó
en vídeo. Tras conocerse la noticia, empezaron a aparecer mujeres
que querían comprobar si habían sido violadas durante su
encuentro con un desconocido. De momento, le han denunciado 7 que aparecen
en las cintas. Sólo una de ellas sospechaba que había ocurrido
algo extraño en la cita. La policía cree haber identificado
a 18 mujeres distintas y que puede haber más víctimas en
otros estados de Australia y Nueva Zelanda.
Los investigadores sospechan que este hombre puede ser también
el violador del "Hot Chocolate" (leche con Colacao o similares)
que asaltó a una veintena de mujeres en los años noventa.
Éste conocía a chicas en cafés y discotecas y se
ofrecía a llevarlas a casa en coche. De camino, paraba para invitarlas
a un "hot chocolate", en el que disolvía un sedante,
y después las violaba. Es el mayor violador del estado de Victoria.
Si el detenido es culpable de todas las agresiones de las que es sospechoso
se convertirá en el mayor violador en serie de Australia.
Por su parte, el millonario
japonés ya ha dejado de ser sospechoso porque en abril ha sido
condenado a cadena perpetua por violar a nueve mujeres entre febrero de
1992 y junio de 2000 y matar a una australiana, Carita Ridgway, de 21
años. Al empresario de la construcción Joji Obara, de 54
años, también le acusaron de matar a la británica
Lucie Blackman, pero le absolvieron de este último crimen por falta
de pruebas.
El millonario conocía a extranjeras que trabajaban en bares de
Tokio, las drogaba y después las violaba. En su casa encontraron
200 cintas de vídeo en las que Obara aparecía enmascarado
violando a las mujeres. Cuatro víctimas eran japonesas y las otras
cinco, extranjeras, lo que se convirtió en un problema añadido
para el violador con la presión de las autoridades británicas
y australianas.
En 1992 se llevó a Carita Ridgway a su apartamento, donde le suministró
drogas, le puso en la cara una toalla empapada en cloroformo y después
la violó. La chica estuvo varios días desaparecida hasta
que un desconocido la dejó en un hospital, donde falleció
de una dolencia hepática. Los vídeos de Carita muestran
que la chica estaba inconsciente y tenía convulsiones mientras
la violaba.
Lucie Blackman desapareció en Tokio en julio de 2000, después
de decir en el bar en el que trabajaba que se iba con Obara. Un año
después, su cadáver descuartizado apareció en una
cueva, pero no se pudieron determinar las causas de la muerte.
Los padres de Joji Obara eran inmigrantes coreanos. Nació en 1952
y se llamaba King Sung-jong. Su padre se hizo rico con un negocio de transportes,
y el hijo estudió Derecho en la Universidad de Tokio, se cambió
el nombre y se hizo la cirugía estética, para parecer más
japonés, y consiguió la nacionalidad. Se dedicó a
vivir como un play boy y perdió gran parte de su fortuna cuando
estalló la burbuja inmobiliaria japonesa en los años noventa.
Pegan a
la víctima a una bicicleta
Andrea. Ser víctima de un asalto en Johannesburg no
es nada nuevo si se considera que Sudáfrica es uno de los tres
países más peligrosos del mundo, con más de 300 asesinatos
al día. Lo malo es que además te toquen unos delincuentes
graciosos con ansias de originalidad, como le pasó en mayo al residente
de un lujoso barrio, quien fue secuestrado en la calle en pleno día
y obligado a volver a su casa en compañía de sus secuestradores.
Una vez allí, además de robar todo lo que pudieron y beberse
el whisky del anfitrión, lo desnudaron y decidieron fijarlo a una
bicicleta estática de ejercicios. Usando un potente pegamento,
el hombre quedó pegado al asiento, y por pies y manos, al manillar
y los pedales. Además, para que no gritara también le pegaron
los labios. Y en esa incómoda posición lo descubrió
su mujer tres horas más tarde. Tan fuerte era el pegamento que
los paramédicos tuvieron que usar químicos con vaselina
para poder deshacerlo y separar a la víctima de su bicicleta.
"Es
una pena que tu vida vaya a terminar así"
Esther.
El remitente del e- mail dice ser un asesino a sueldo al que han contratado
para matarte. "Es una pena que tu vida vaya a terminar así",
se titula el mensaje. El supuesto asesino pide entre 30.000 y 80.000 dólares
USA al receptor del mensaje por su vida. Explica que sus amigos han ofrecido
dinero por su cabeza y que hay personas que vigilan sus movimientos. Es
el nuevo cyber timo que se ha detectado en Estados Unidos. Entre diciembre
de 2006 y junio de 2007, el FBI ha recibido un centenar de denuncias similares.
Uno de los denunciantes recibió además un segundo e- mail
con sus datos personales.
Vino
o muerte
Andrea.
Un nuevo grupo guerrillero ha surgido en Francia, aunque a diferencia
de las guerrillas de otros países, ésta no tiene reivindicaciones
de tipo nacionalista, étnico o político, sino con el vino.
El grupo que se hace llamar CRAV (por Unión de Acción Vitivinícola
de la región de Languedoc) está formado por pequeños
productores de vino inconformes con su situación. En junio ha lanzado
un ultimátum al gobierno francés que coincide con el centenario
de otra revuelta relacionada con el vino que terminó con seis rebeldes
vitivinícolas muertos por disparos del ejército.
El grupo quiere llamar la atención sobre lo duro que es dedicarse
a producir vino: el precio ha disminuido en los últimos años,
los intermediarios se quedan con la mayor parte de los beneficios, la
tasa de consumo se ha reducido debido a las leyes contra el alcohol, los
supermercados venden vino más barato de otros países y encima
tampoco se benefician del alto precio que cobran los restaurantes por
el vino (15 euros por litro de vino comprado a 1,50 euros aproximadamente)
a sus comensales. Algunos productores de vino dicen que ya no pueden mantener
a sus familias con lo que ganan, e incluso algunos se han suicidado, por
lo que exigen al gobierno que haga algo, aunque seguramente no lo que
propone Bruselas. La Unión Europea les sugiere eliminar 200.000
hectáreas de vides porque la región produce mucho más
vino del que puede vender en el competitivo y globalizado mercado.
Asaltan
a mujeres y se llevan su ropa interior
Andrea. La
ciudad de Pereira (Colombia) está conmocionada por una banda de
ladrones que se ha hecho famosa por asaltar a mujeres para robarles la
ropa interior. La banda, bautizada como "los ladrones de bragas",
no suele hacer daño a sus víctimas, a quienes les roba los
artículos de valor que lleven encima además de su ropa interior.
La policía los ha descrito como "maníacos sexuales",
a lo que habría que añadir madrugadores, pues suelen elegir
a sus víctimas entre las mujeres que esperan el autobús
para ir al trabajo o a la universidad entre las 5 y las 7 horas de la
mañana. Un grupo de psicólogos ya se presta a estudiar el
caso único en el mundo.
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