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/ revista trimestral de crítica de crímenes / número 18- enero 2007
Nuevas
tendencias
Teleoperadores
falsifican contratos telefónicos
Esther.
La Guardia Civil española ha acusado en octubre a 115 teleoperadores
de falsificar las firmas o engañar a más de 350 personas
en 29 provincias, para que contrataran los servicios de una compañía
telefónica. Los imputados trabajaban para una subcontrata de la
empresa de telefonía AUNA y, al parecer, conseguían de esta
forma aumentar sus ingresos por productividad. La mayoría de las
supuestas víctimas eran personas mayores.
Las investigaciones se iniciaron en octubre de 2005, después de
que una asociación de consumidores recibiera numerosas reclamaciones
contra la empresa. Tras entrevistarse con más de seiscientos nuevos
clientes de esta empresa, los investigadores llegaron a la conclusión
de que en 116 contratos se había falsificado la firma del titular
y que otros 186 los habían firmado con engaños.
La empresa ONO, actual propietaria de AUNA, se ha personado en el procedimiento
contra la empresa subcontratada. Aportaron a los investigadores más
de 800 contratos formalizados por la subcontrata entre 2003 y 2004, después
de que un usuario denunciara a la compañía de telefonía
por reclamarle una factura por unos servicios que no había contratado.
En España montar una empresa de telefonía e internet es
un chollo. Ni ingenieros de telecomunicaciones ni infraestructuras, lo
único que se necesita es una campaña publicitaria y unos
cuantos teleoperadores y comerciales, sin escrúpulos. Porque no
hace falta dar ningún servicio de los prometidos, sólo marear
a la víctima al máximo para que vaya acumulando facturas
por un servicio que nunca ha tenido. Además, mientras se queja
e intenta darse de baja, el usuario aporta un dinero extra, por medio
de llamadas al número de la empresa que es de tarificación
extracara. Todo un negocio.
Antes de darse de alta en, por ejemplo, una conexión ADSL baratísima
con la empresa X, recomendamos a los internautas que busquen en internet
"X es una mierda" o "X estafa" y así se podrán
hacer una idea de las quejas de otros clientes cabreados. También
pueden probar a llamar al teléfono de averías de la compañía
X para saber de antemano el tiempo que tendrán que permanecer a
la espera cada vez que tengan un problema. (Con algunas empresas la espera
es de cerca de una hora y como los números a los que hay que llamar
suele ser un 902, a veces salen más caras las llamadas que hay
que hacer para quejarse que el servicio contratado). En cualquier caso,
también recomendamos que antes de darse de alta se pregunte cuál
es el sistema para darse de baja y se apunte el día, la hora y
el nombre o el número de operador que ha explicado lo facilísimo
que será darse de baja. Por cierto, cuando la baja deba gestionarse
por fax, lo que se deberá enviar es un burofax, para que la empresa
no pueda negar después la llegada de la baja y siga aumentando
la factura, cosa que hacen algunas compañías con relativa
frecuencia.
Falsas
ofertas de trabajo para blanquear dinero
Andrea. Fruto
de la búsqueda constante de nuevos métodos para blanquear
dinero, las mafias del Este han inventado su solución particular
a través del envío de miles de correos electrónicos
a internautas de España, en los que se ofrecen falsas ofertas de
trabajo para captar personas. Con el título de "a sido seleccionado
para el cargo de representante regional" (con error de ortografía
incluido) se prometen comisiones de hasta 1.500 euros al mes, a cambio
de trabajar unas tres o cuatro horas mensuales. El trabajo consistiría
en ganar dinero por realizar transferencias al extranjero a través
de empresas de envío de dinero. Así, la persona interesada,
llamada en la jerga "mulero", estaría blanqueando dinero
obtenido a través del "pishing" o robo de cuentas electrónicas,
por medio del engaño, a clientes de la banca online.
El objetivo de las mafias es acceder a cuentas bancarias legales, a través
de las cuales enviar el dinero robado con el "pishing". Las
empresas tapadera envían un monto de entre 3.000 y 6.000 euros,
de los cuales la persona se queda con una comisión del 10 al 15
por ciento y lo demás debe enviarlo a una cuenta en el extranjero.
El problema es que esta labor convierte a la persona en cómplice
directo de la estafa. Hasta ahora, los jueces se han mostrado comprensivos
con los muleros y los han considerado una "víctima" más,
pero pueden cambiar de opinión.
La
extorsión por correo electrónico
Andrea.
La policía peruana ha detectado en noviembre una nueva modalidad
de extorsión basada en las amenazas por correo electrónico.
El sistema consiste en amenazar a la víctima con el asesinato,
secuestro o tortura de ella misma o su familia. Claro que son necesarios
algunos conocimientos privados para poder amenazar, como saber dónde
vive, cómo se llama su abuela materna, cuánto dinero tiene
y otros datos personales de acceso restringido en general, pero de fácil
conocimiento por parte de los parientes.
Eso le pasó a la profesora Judith Alva Tirado, a quien le exigieron
el pago de 50.000 dólares USA a cambio de no matarla a ella, a
su hija o a sus padres. En noviembre, la policía consiguió
atrapar a Abraham Antonio Pezo, un joven de 26 años que es el cuñado
de la víctima y quien supuestamente dio la información a
sus dos cómplices. Uno de ellos se encargaría del cobro
de rescate y el otro de enviar los doce correos electrónicos de
amenaza con información personal. Pero la víctima informó
a la policía, y los detectives lograron detener a los extorsionadores.
También la actual alcaldesa en funciones de la ciudad de Lima (Perú)
fue víctima de esta nueva modalidad de cibercrimen. Recibió
25 correos electrónicos en los que la amenazaban con decapitar
a sus hijos si no pagaba. Según las autoridades, las personas ante
la duda prefieren pagar y no arriesgarse a sufrir las consecuencias.
Los piratas fluviales de Argentina
Esther.
En noviembre detuvieron a 17 personas por asaltar la noche del 31 de octubre
un buque paraguayo que estaba fondeado en el puerto argentino de San Nicolás
del río Paraná. El buque, de 49 metros de eslora, había
partido de Uruguay y se dirigía a Paraguay con artículos
de electrónica, pero tuvo que atracar en el puerto argentino por
una avería.
Los supuestos piratas argentinos se acercaron al buque en una embarcación
de unos 14 metros de eslora, amenazaron con pistolas a los ocho tripulantes
que se encontraban en la nave paraguaya, les maniataron, y se llevaron
río arriba artículos de electrónica valorados en
unos 500.000 euros. Pero uno de los marineros consiguió librarse
de las ataduras y lanzó una bengala de auxilio. Los guardacostas
detuvieron poco después a la embarcación pirata a pocos
kilómetros del lugar del atraco.
Taxistas y prostitutas se alían para robar a los
clientes
Andrea.
La policía nicaragüense ha detectado en noviembre una nueva
modalidad de robo, fruto de la colaboración interprofesional de
taxistas y prostitutas. El método era muy simple: la mujer buscaba
una víctima por los bares, hablaba con él y sin que se diera
cuenta le echaba un somnífero en la bebida. Con la excusa de llevarlo
a su casa, acompañaba al cliente medio dormido al taxi, donde se
quedaba profundamente dormido. Entonces, la prostituta y el taxista le
robaban todo lo que tenía.
Los primeros detenidos son el taxista Roberto Lanzas Mallorquín,
de 50 años, y Alba Luz Blandino Ríos, de 28, quienes se
dedicaban a buscar potenciales víctimas entre los clientes de centros
nocturnos. La policía pudo dar con ellos gracias a una de sus víctimas,
quien tras echar en falta una cadena de oro, un anillo de graduación
y 80 dólares en efectivo, a manos de la pareja, volvió varias
veces a la zona a buscar a la mujer que lo había engañado.
La mujer, conocida como "Ileana", ha reconocido los hechos,
pero se defiende diciendo que fue el taxista quien la convenció
de que conversara con el hombre, y que después le pasó una
pastilla de color rosa para que se la pusiera en la cerveza. Según
la detenida, hay otras parejas de taxistas y prostitutas en Nicaragua
que siguen el mismo "modus operandi".
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