www.adeguello.net / revista trimestral de crítica de crímenes / número 17- octubre 2006

Chapuza del mes


Butroneros dejan sin teléfono a 30.000 personas

Juanma.
Poco antes de la medianoche del sábado 29 de julio, un incendio provocado en la central telefónica de La Moraleja (Madrid) dejó sin servicio unas 10.000 líneas, lo que afectó a 30.000 personas. La policía sospecha que los autores del incendio fueron los mismos que, pocos minutos después, intentaron sin éxito entrar en una sucursal del BBVA (Banco Bilbao-Vizcaya-Argentaria) muy cercana al lugar del incendio, abriendo un agujero en la pared del banco para acceder al interior.
Pero los no muy hábiles butroneros no lograron su objetivo, a pesar de haber estado taladrando hasta la mañana del domingo. Frustrado su intento, tuvieron que retirarse, abandonando en el lugar las herramientas utilizadas.
El objetivo del incendio, supone la policía, fue inutilizar las alarmas que conectan telefónicamente con la policía o empresas de seguridad. Sin embargo, a los investigadores les extraña que los ladrones intentaran entrar en un banco tan cercano a la central incendiada. "En un incendio de estas características, además de los bomberos, también va mucha policía. Pudieron ser descubiertos. Parece que estos ladrones son un poco chapuzas", ha declarado uno de los encargados del caso.
La primera parte del plan salió bien. La destrucción de la central dejó sin servicio 10.000 líneas telefónicas. Más de 30.000 clientes se quedaron sin teléfono y sin Internet. Tampoco funcionaban los cajeros automáticos, ni los bancos en general, ni se podía pagar con tarjeta en los comercios. Pero no sólo eso. La Moraleja es una zona residencial de alto nivel económico -allí viven, por ejemplo, los Beckham e Isabel Preysler-, y muchas viviendas particulares poseen también sistemas de alarma. En estas fechas, el 50 por ciento de los vecinos estaba de vacaciones y sus casas quedaron sin protección. Otros colegas podrían aprovecharse del estropicio causado por los ineficaces butroneros, por lo que se reforzó considerablemente la vigilancia en la zona, con el consiguiente gasto añadido.
El servicio tardó una semana en restablecerse, lo cual coloca a la Compañía Telefónica casi a la misma altura chapucera que los frustrados ladrones, que, de momento, no han sido identificados. La compañía, eso sí, ha declarado que indemnizará a los afectados. Ser VIP tiene sus ventajas
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