www.adeguello.net
/ revista
bimensual de crítica de crímenes / número 15- mayo 2006

Criminal
del mes
Cae
el último gran capo de La Cosa Nostra
Esther.
El hombre más buscado de Italia, el Jefe de Jefes de La Cosa Nostra,
apenas se había movido de su pueblo en los 43 años que llevaba
en busca y captura. Ni coches caros ni trajes de diseño ni mansiones
en la Costa Esmeralda, Bernardo Provenzano vivía en una granja a
las afueras de Corleone, un pueblo siciliano de unos 12.000 habitantes,
fortaleza de la mafia, que se hizo famoso en todo el mundo gracias a "El
Padrino" de Coppola y Mario Puzo. Deben ahorrar un montón estos
mafiosos italianos. Como su antecesor, Toto Riina, que también estuvo
prófugo veinte años en el mismo pueblo, Provenzano sigue pareciendo
el campesino que fue antes convertirse en matón de la mafia, cuando
todavía era un adolescente al acabar la Segunda Guerra Mundial.
Ahora tiene 73 años, nació el 31 de enero de 1933 en Corleone
y le llaman "El Tractor" porque dicen que es implacable con sus
enemigos. Estando prófugo, fue condenado a cadena perpetua por su
participación en diversos delitos; entre ellos, los asesinatos de
los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Empezó como matón del capo Luciano Liggio, que pensaba que
Provenzano era un idiota, pero que disparaba muy bien. No obstante, el hombre
del cerebro de pollo, según Liggio, consiguió encauzar a La
Familia por un camino menos sangriento que su predecesor, Riina. Creó
lo que se considera la "nueva mafia" de cuello blanco, más
centrada en negocios inmobiliarios y subcontratas públicas.
Consiguió eludir la captura, en parte, por esa vida modesta y porque
evitó las delatoras nuevas tecnologías. No utilizaba el teléfono
fijo ni los móviles, dirigía La Cosa Nostra con notitas escritas
que entregaba a sus hombres de confianza. Tenía, además, varios
escondrijos en Sicilia y cada dos o tres días se cambiaba de casa.
Sus abogados insistían en que estaba muerto, sobre todo durante los
últimos años, pero las autoridades descubrieron que en 2003
estuvo en una clínica francesa, donde le operaron de la próstata.
En enero de 2005 la policía siciliana llegó a detener a 46
personas acusadas de ayudarle a esconderse, pero el gran capo seguía
sin aparecer. Dos meses después, pusieron en circulación un
retrato robot del mafioso con los cambios que podía haber sufrido
su rostro y las indicaciones de los informadores de la mafia siciliana.
Finalmente, le detuvieron el 11 de abril de 2006 en una granja situada a
pocos kilómetros del pueblo. Los investigadores le siguieron el rastro
a la ropa limpia que le envió su mujer, Saveria Benedetta, que también
vive a las afueras de Corleone.
"No sabéis lo que estáis haciendo", le dijo Provenzano
a los agentes que le detuvieron y poco más ha dicho desde entonces,
porque en su primer interrogatorio se limitó a confirmar su nombre,
edad y lugar de nacimiento. Lo han encerado en una cárcel de máxima
seguridad de Umbría y está previsto que pase por los tribunales
en mayo, en relación con diversos crímenes mafiosos cometidos
en los años ochenta.
La Cosa
Nostra
Mafias italianas hay muchas, pero hay tres variantes que destacan sobre
todas las demás: la Camorra de Campania, la Ndrangheta de Calabria
y la Mafia Siciliana. La Camorra y la Ndrangheta están formadas
por distintas organizaciones locales o clanes, sin estructura centralizada
y con relaciones de horizontalidad entre ellos; es decir, sin un único
jefe que dirija el cotarro. En Sicilia también hay pequeñas
organizaciones mafiosas que operan a nivel local y, además, La
Cosa Nostra: una organización unitaria y jerárquica, formada
por distintas familias mafiosas que mantienen cierta autonomía.
El juez Falcone decía que era la organización criminal más
peligrosa por su capacidad para poner en práctica estrategias unitarias
y su estructuración, similar a la de un estado que se mantiene
con reglas inflexibles impuestas por medio de la violencia.
La mafia había nacido en Sicilia como una hermandad subversiva
contra la Inquisición, basada en el respeto a la justicia natural
y el honor. Mussolini intentó acabar con ellos, sin conseguirlo,
y en 1943 los mafiosos se unieron a los aliados en la Batalla de Sicilia.
La Cosa Nostra se extendió por toda Italia y llegó a Estados
Unidos y Canadá con los emigrantes italianos.
Los
Corleonesi
A principios de los años setenta Luciano Liggio, Gaetano
Badalmenti y Stefano Bontade fomaban un triunvirato que dirigía
La Cosa Nostra y que estaba encargado de salvaguardar la paz entre los
clanes.
Con la ayuda de sus matones, Toto Riina y Bernardo Provenzano, Liggio
se había convertido en el jefe del clan Corleonesi, tras matar
en 1958 a Michelle Navarra, anterior jefe del clan. Se cree que en el
asesinato participó Provenzano, al que acusaron formalmente en
1963 por la muerte de uno de los hombres de Navarra, quedando desde esa
fecha en busca y captura.
En realidad, pese a las muestras aparentes de querer conservar la paz
entre los clanes, Liggio planeba hacerse con el control del tráfico
de heroína y acabar con el dominio de las familias de Palermo,
que veían a los de Corleone como granjeros.
Como Liggio pensaba que Provezano no era muy avispado, cuando le detuvieron
en 1974 y le condenaron a cadena perpetua por el asesinato de un rival,
dejó en su lugar a Toto Riina.
Toto
Riina y el Terror
Salvatore "Toto" Riina nació en Corleone en noviembre
de 1930. Se cree que él mismo asesinó a decenas de personas
y que mandó matar a centenares. Le detuvieron por primera vez cuando
tenía 18 años y le condenaron a seis años de cárcel
por matar a un hombre. Alias "La Bestia", se convirtió
en uno de los jefes más despiadados, con Provenzano como lugarteniente.
Dicen que su máxima era: cuando alguien se lastima el dedo, lo
más seguro es cortarle el brazo. Llegó a ser el Jefe de
Jefes de la Cosa Nostra, tras acabar con todos sus competidores. Su reinado
del terror provocó la guerra de clanes de principios de los años
ochenta, que acabó con cientos de mafiosos asesinados y con el
clan Corleonesi de Riina dominando Sicilia.
Empezó deshaciéndose de sus principales competidores, que
eran los antiguos compañeros de triunvirato de Liggio junto con
Salvatore Inzerillo, todos ellos jefes de clanes de Palermo. Stefano Bontade
y Salvatore Inzerillo murieron asesinados. A Bontade le dispararon con
una ametralladora en abril de 1981, cuando iba al volante de su coche.
Era hijo y nieto de jefes mafiosos, jefe de la familia de Santa Maria
de Palermo y uno de los mafiosos que tenía más contactos
políticos, e Inzerillo murió asesinado un mes después.
Ante este panorama, Badalamenti
huyó de Italia. Estuvo un tiempo en España y Brasil y después
se fue a Estados Unidos donde entabló amistad con "Lucky"
Luciano, le encerraron por ser uno de los jefes de la "Pizza Connection"
y murió el 30 de abril de 2004 en una cárcel de Massachusetts
(Estados Unidos).
Tras librarse de los tres capos, se cree que Riina mandó asesinar
a amigos y familiares para evitar venganzas. Sus órdenes llegaron
hasta New Jersey (EE.UU.), donde mataron al hermano de Inzerillo, que
había huido de "La Bestia". Pero se les escapó
un amigo de Bondate vivo: el también mafioso Tommaso Buscetta.
Mientras tanto, el juez Giovanni Falcone se convertía en el abanderado
de la lucha contra la mafia. En 1984 consiguió que por primera
vez un jefe mafioso rompiera el Código de Silencio: Tommasso Buscetta,
el amigo de Bontade. Se había refugiado en Brasil, huyendo de las
matanzas de Riina. De ahí le extraditaron, con la colaboración
de Estados Unidos, y accedió a desvelar la identidad de la cúpula
de la mafia que dirigía el tráfico de drogas a nivel internacional,
a cambio de un nombre, una asignación económica y una nueva
vida en Estados Unidos, donde murió de cáncer, a los 71
años, en 2000. De todas formas no tenía mucho que perder
porque Riina ya había matado a muchos de sus familiares y amigos
antes de la traición.
Posteriormente, en 1987, Falcone condenó a más de tres centenares
de mafiosos en el maxiproceso de Palermo. El magistrado no sólo
atacaba judicialmente a los mafiosos, sino que se ocupaba también
de desbaratar los mitos románticos sobre el mundo de la Mafia.
Se cree que Toto Riina decidió cortar por lo sano y el 23 de marzo
de 1992 Falcone, su mujer y tres escoltas murieron al estallar el coche
en el que regresaban del aeropuerto de Palermo. Su colaborador, el juez
Paolo Borsellino, falleció dos meses después, junto con
cinco escoltas, en un atentado similar. Los asesinatos que pretendían
dejar claro quien mandaba en Sicilia produjeron, en realidad, el efecto
contrario e hicieron que los sicilianos colgaran sábanas con pintadas
contra la Mafia y salieran a la calle a manifestarse.
Finalmente, en enero de 1993 detuvieron a Toto Riina cerca de Palermo,
al volante de un Citroën. Se intentó hacer pasar por un trabajador
y casi lo consigue. Le condenaron a cadena perpetua, convirtiéndose,
entonces, Bernardo Provenzano en el Jefe de Jefes de La Cosa Nostra. Liggio
no llegó a ver sus progresos porque falleció de un ataque
al corazón al día siguiente de la detención de Riina.
 
|