www.adeguello.net / revista bimensual de crítica de crímenes / número 1- enero 2004 Editorial Nada más
que la cruda realidad Todo en este mundo
tiene dos caras. El asesinato, por ejemplo, puede verse por su lado moral
(...) o puede verse desde el punto de vista estético, como lo llaman los
alemanes, es decir, en relación con el buen gusto (...) La gente empieza a
darse cuenta de que en la composición de un bello crimen intervienen algo
más que dos imbéciles, uno que mata y otro que es asesinado, un cuchillo,
una bolsa y una callejuela oscura. Un designio, señores, la agrupación de
las figuras, luz y sombra, poesía, sentimiento, se consideran ahora
indispensables para intentos de esta naturaleza". Y para terminar con
las citas del maestro, "permitidme que diga una palabra o dos a ciertos
pedantes que se atreven a hablar de nuestra Sociedad (léase revista) como
si en su tendencia hubiera algo inmoral. ¡Inmoral! ¡Dios me bendiga, señores!
¿Qué es lo que esa gente quiere dar a entender? Estoy y estaré siempre
a favor de la moral y de la virtud y de todo eso, y afirmo y afirmaré
siempre (pase lo que pase) que el asesinato es una forma de actuar impropia,
altamente inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene
en un asesinato tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios
muy erróneos (...) Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato,
poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa
a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia
de los modales y al abandono de sus deberes. Una vez empezada esta marcha
cuesta abajo, no se sabe nunca dónde hay que pararse. Muchos hombres han
iniciado su ruina al cometer un asesinato de un tipo u otro, que en ese
momento creyeron que no tenía la menor importancia". Sólo nos queda
advertir que, en esta publicación, el lector no encontrará jamás otra cosa
que el comentario de la cruda realidad. Convencidos de que ésta supera con
mucho a la imaginación más delirante, nunca nos atreveríamos a inventar
noticias. De hecho, la abundancia de material verídico nos abruma,
obligándonos a pasar por lo alto fechorías muy bien planteadas y
realizadas, que bien merecerían un comentario. Los lectores están en su
derecho de llamarnos la atención por dichas omisiones, y nosotros
agradeceremos mucho la intervención, procurando subsanar el fallo con la
mayor prontitud. Juanma citando
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