www.adeguello.net / revista bimensual de crítica de crímenes / número 6- noviembre 2004

Por qué salió mal

Dos veces y la misma piedra

Esther. Gerardo Martínez fue supuestamente a cobrar un cheque de 121.000 pesos (8.250 euros) a un banco de México DF, el 8 de octubre. El cajero le dijo que al tratarse de una cantidad elevada debía comprobar primero el cheque. Gerardo le pidió que se lo devolviera y le preguntó a partir de que cantidad había que verificar los cheques. El empleado contestó que a partir de 100.000 pesos, y Gerardo volvió el 11 de octubre a la misma sucursal con un cheque de 91.220 pesos (6.200 euros). El cajero dijo, de nuevo, que tenía que verificar el cheque. y Gerardo le ofreció supuestamente dinero a cambio de que lo hiciera efectivo. El empleado comprobó que el cheque era falso, y Gerardo está acusado de un delito de fraude. Sin comentarios.





Atraco frustrado por rotura de pistola

Esther. Dos atracadores alemanes entraron armados en una sucursal de un banco de Wuppertal, en octubre, y gritaron: "Esto es un atraco". En ese momento, se les cayó al suelo una de las pistolas que llevaban y se rompió en dos pedazos, delante de todos los clientes. Un hombre, muy observador, empezó a gritar: "Es falsa, es falsa", y los ladrones tuvieron que emprender la huida. Por el camino tiraron la otra pistola que, aunque era real, estaba estropeada. Está claro que o no era su día de suerte o habían comprado una imitación de muy mala calidad.





Detienen a ladrones indiscretos con el botín

Esther. Muchos atracadores profesionales han caído porque le han contado algo a un amigo, que se lo cuenta a otro y que al final llega a oídos de un confidente, pero lo de estos chicos denota una absoluta falta de profesionalidad. En octubre, cuatro presuntos ladrones se pusieron a comentar en un autobús, en voz alta, el golpe que habían dado en una casa de Villa Urquiza (Argentina). El conductor les oyó y, cuando se bajaron, avisó a la policía. Les pillaron cargados con los aparatos electrónicos que supuestamente habían robado. Uno de ellos consiguió escapar.