Descubren restos humanos en reformatorio del terror

En las salas tapiadas había grilletes
Esther. El 23 de febrero de 2008 la policía encontró un cráneo de un menor empalado en hormigón bajo el hueco de una escalera del reformatorio Haut de la Garenne de Jersey, una isla del Canal de la Mancha que es territorio independiente del Reino Unido. Fue localizado gracias a un perro entrenado para encontrar cadáveres. Un perro que, al parecer, ha identificado otros cinco sitios donde podría haber más cuerpos. También han descubierto tres habitaciones subterráneas, cuyas entradas habían sido tapiadas, que se corresponden con las habitaciones de castigo (de torturas, violaciones,...) descritas por las supuestas víctimas. Al parecer, allí han aparecido grilletes y otros objetos que los investigadores no han querido desvelar. Actualmente, siguen intentando localizar más pruebas y cadáveres.
Todo empezó en 2006, cuando la policía investigaba denuncias por pederastia contra monitores adultos del grupo juvenil los Cadetes de la Marina de Jersey. Algunos de estos monitores ya habían sido condenados por abusos sexuales en los años ochenta y noventa. Los investigadores se percataron de que algunas de estas personas habían coincidido trabajando en Haut de la Garenne y, en noviembre de 2007, solicitaron la colaboración ciudadana para recabar datos sobre posibles abusos sexuales en el centro de acogida. Entonces, salieron a la luz los testimonios aterradores de 140 hombres y mujeres que habían pasado parte de su infancia en el reformatorio y contaron a los agentes como fueron drogados, torturados y violados sistemáticamente por algunos trabajadores del centro. Dieron detalles sobre las torturas, las habitaciones de castigo y manifestaron sus sospechas de que podían haber asesinado a algunos niños que desaparecieron misteriosamente. El 19 de febrero de 2008 la policía empezó a registrar el centro para intentar localizar alguna prueba de lo descrito por las víctimas y cuatro días después encontraron el cráneo.
Se cree que la mayor parte de los abusos se cometieron en los años 70 y 80. De momento hay cuarenta sospechosos; uno de ellos, de 76 años, ya ha sido acusado formalmente de abusar de varias adolescentes.
Más que unos funcionarios con mal carácter que maltratan a los niños rebeldes, los testimonios de las supuestas víctimas reflejan que se trataba de un auténtico grupo de sádicos pederastas. Los niños y niñas no estaban a salvo en ningún sitio a ninguna hora. Cuentan que en ocasiones les despertaban en mitad de la noche para "divertirse" con ellos y que a veces se podían oír los gritos de los niños que en ese momento estaban siendo violados o agredidos.
Pero no todos los funcionarios estaban en el ajo, algunos ex trabajadores del centro explicaron que en ocasiones habían puesto en conocimiento de la directiva el comportamiento sospechoso de algún compañero, pero que generalmente les habían ignorado. Uno de ellos explicó que una vez le preguntó a un compañero qué hacía otro paseándose con una almohada en mitad de la noche y que éste le respondió que era para que no se oyeran los gritos de las niñas.
La historia es de película de terror, recuerda a la del reformatorio de "Sleepers" ("Hijos de la calle"), basada en la novela autobiográfica de Lorenzo Carcaterra que ingresó en un reformatorio de Nueva York en 1963, aunque muchos han puesto en duda la veracidad de los hechos narrados en el libro.



Haut de la Garenne funcionó como centro de acogida y reformatorio entre 1867 y 1986


Delincuentes, niños pobres y abandonados
Más de mil niños han pasado por el reformatorio Haut de la Garenne. Era una especie de centro de acogida de menores por el que pasaban pequeños delincuentes juveniles, niños abandonados e hijos de familias con pocos recursos. El centro estuvo en funcionamiento entre 1867 y 1986. Pasó de llamarse "Jersey Industrial School" a "Jersey Home for Boys" y ya en los años sesenta, Haut de la Garenne. Por entonces, se llegó a la conclusión de que la prisión no era el lugar adecuado para los niños problemáticos y abundaban este tipo de centros.
A principios de los años ochenta se empezó a decir que el internado generaba muchos gastos, porque había 16 personas contratadas para unos 30- 40 niños alojados y, en 1986, el ministerio de Educación lo cerró. Explicaron que colocarían a los trabajadores en otros centros similares o en otros puestos dentro del sistema educativo.
El edificio estuvo abandonado hasta 2003 cuando empezaron a hacer obras de remodelación. Entonces, los obreros encontraron unos huesos. Pensaron que serían de animales y, de momento, no se sabe si se han perdido. (Ahora se sospecha que podían ser humanos). Un año después, en 2004, el edificio se convirtió en un albergue juvenil con cien cama
s.



 

 



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