Prácticas de inglés en Shanghai

Buenas noches,
Aquí (en Shanghai) es de noche ahora, son seis horas más. Resulta que hay un timo en el que se te acercan dos chicas de veinte años y te hablan en inglés, como el año que viene hay algún acontecimiento deportivo en Pekín (Beijing) te dicen que van a trabajar allí y que necesitan practicar inglés, que si pueden tomar algo contigo (esto pasa rodeado de cafeterías en un sitio realmente estupendo a las orillas del Yan Tse o Río Amarillo). Te llevan a un sitio muy típico donde te dan a degustar un montón de tés, tú hablas con ellas, todo muy bien. El problema es cuando llega la cuenta y te dicen que son tres mil y pico yuanes, unos trescientos euros, y tu te quedas con cara de idiota; cada té resulta que cuesta seis euros y como ellas van dos pues multiplicado por tres y por ocho o diez tes imaginaos. Entonces asocias los dos tipos con cara de pocos amigos de la puerta, que ellas llevan mucho dinero (aquí un trabajador medio cobra unos trescientos euros al mes doce horas diarias), las niñas llevan ochenta euros en la cartera. Te niegas a pagar todo, por supuesto, pero aún así la fiesta te sale por ochenta euros aproximadamente, resulta que las quieres ayudar, van y te la dan con queso o con una ensalada de ostias. Como encima pretendas pagar, lo normal es que no lleves ese dinero, entonces encima pagas con la tarjeta y te la duplican, ahí sí que la has hecho buena, afortunadamente no ha sido mi caso. Con ochenta euros en España te tomas una paliza de cerveza que ni te acuerdas al día siguiente, más si encuentras un bar como los que yo frecuento a un euro, no te las bebes ni de coña.
Aquí en Shanghai es que son todos muy listos, o esta mañana me he levanto con más cara de gilipollas que nunca, el taxista esta mañana me ha dado una vuelta que no se lo creía ni él, pero yo conocía el camino y le he dado lo que valía la carrera, unos siete euros menos, y esta tarde querían pactar un precio de cinco euros para un trayecto que no vale ni dos euros aquí. Estas sumas son irrisorias, pero cuando es tu último día en China llevas el dinero contado y pesado para no tener que cambiar más ni sacar de ningún cajero, las comisiones VISA también son un timo, pero eso ya es otro tema.
Para colmo de males aquí sólo habla inglés la gente joven y por desgracia la policía suele tener una media de treinta años y (...) hoy ha sido mi día negro, se ve que tenía cara de pardillo, pero los seis días anteriores no me había pasado nada. Al contrario, a una dependienta le di 15 euros de propina por la buena atención que tuvo conmigo días atrás cuando estuve en Pekín. Aquí un euro son diez yuanes y con tres mil la gente come y compra pisos.
Si es posible publicadlo para que la gente esté al tanto, esto no creo que sea sólo cosa de Shanghai en otros lugares pasará parecido, a mi nunca me había pasado una cosa igual y seguro que no me vuelve a pasar. Ya tenía alguna experiencia de las cartas nigerianas, pero esto ha sido una putada como un castillo.
Un saludo desde China,
Rubén.




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Francisco Laureana no integra la galería de delincuentes famosos como El Petiso Orejudo o Robledo Puch. Pero fue tan temible como ellos: se le adjudican quince violaciones y diez homicidios. Murió tras un tiroteo con la Policía en febrero de 1975. Tenía doble personalidad: cuando se iba de la casa le pedía a la esposa que cuidara a los hijos,... Enlace enviado por Rodolfo Palacios (Argentina).
Diario Perfil (Buenos Aires,
Argentina).



 

 



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