La Casa de los Horrores de Noida

Esther.
Cuando Sonia Bibi denunció a la policía la desaparición de su hijo de 9 años, le contestaron que "no debería haber tenido tantos niños", según la CNN. "¿Está tu hijo en mi bolsillo? No sé dónde está tu hijo", añadieron. Los restos del hijo de Sonia estaban entre los que aparecieron en enero en una alcantarilla de Noida (India). Las dos alcantarillas en las que, de momento, han encontrado trozos de los cadáveres de 19 mujeres y niños están detrás de la casa de Moninder Singh Pandher, un empresario acaudalado. La fachada de la casa da a Noida, uno de los barrios más prósperos de Nueva Deli, y la parte posterior, a Nithari, un barrio pobre en el que el hedor a muerto de dos alcantarillas se confundía con el olor habitual.
Los vecinos de Nithari habían denunciado la desaparición de 38 niños en los últimos dos años, pero los policías les hicieron el mismo caso que a Sonia Bibi, lo que ha contribuido a que el suceso se convirtiera en un gran escándalo.
Surendra Koli
Todo empezó a finales de diciembre de 2006, cuando la policía interrogó al criado del empresario, Surendra Koli, por la desaparición de una joven de 26 años. Primero dijo no saber nada, pero descubrieron que Surendra tenía el teléfono móvil de la chica, y acabó confesando que había matado a dos niños y seis niñas, de 4 a 12 años, y a la joven de 26. Según parece, dijo entonces que lo único que hacía era cumplir órdenes de su jefe, y la policía detuvo también a Moninder.
Primero, los agentes encontraron cráneos y huesos de 15 personas en una alcantarilla situada detrás de la casa del empresario. Y poco después, en enero de 2007, aparecieron nuevos restos en otra alcantarilla cercana que indicaban que podía elevarse el número total de víctimas a 19 mujeres y niños (la mayoría eran niñas pequeñas), que habían sido troceadas de forma precisa y sistemática, según los forenses. Al parecer, las víctimas habían sido estranguladas, descuartizadas con una sierra, y los trozos habían sido arrojados a las alcantarillas en sacos de arpillera.
Cuando hicieron públicos los hallazgos, una muchedumbre apedreó la casa del empresario. No lo tienen fácil para encontrar quien les defienda. En febrero designaron tres letrados para la defensa del criado, pero dos de ellos rechazaron el nombramiento, alegando que habían recibido amenazas de muerte. El 25 de enero los dos acusados ya habían sido atacados por observadores y abogados a la salida de un juzgado de Ghaziabad. Un grupo de abogados sujetaron al empresario por el pelo y le dieron puñetazos en la cara, hasta que se quedó inconsciente. Los acusados han solicitado que se les juzgue en Nueva Deli porque dicen que los abogados de Ghaziabad se han puesto de acuerdo para no defenderles.
Moninder Singh Pandher
Moninder Singh Pandher es un empresario millonario de Nueva Deli, que dirige una compañía de transportes. Tiene cerca de 60 años, una mujer, Devinder Kaur, que vive en otra casa en Chandigarh y un hijo, Karandeep Singh, que acaba de terminar sus estudios en Canadá. Moninder fue alumno de uno de los colegios más caros y prestigiosos de India, el Bishop Cotton. Sus amigos le describen como un hombre muy inteligente con un gran sentido del humor. Su padre, Sampuran Singh, era un transportista rico que empezó como limpiador en una compañía y acabó con una flota de camiones.
En principio, se dijo que Moninder era muy aficionado a las prostitutas y que cuando no encontraba a una disponible, mandaba al criado a buscar niños. (No hacía falta mucho para conseguirlos: caramelos es lo que, al parecer, los menores esperaban encontrar en la casa del millonario).


Nueva versión
Todo parecía indicar que el empresario, además de putero, era un pederasta asesino, asistido por su criado fiel, hasta que en marzo se dieron a conocer las imputaciones. Al criado lo acusan de secuestro, violación y asesinato, mientras que al empresario sólo lo acusan de conspiración y destrucción de pruebas. En realidad, sólo le acusan de convertir su casa en un burdel. También hay una mujer policía, subinspectora de Nithari, acusada de negligencia.
El jefe de policía Arun Kumar dijo en rueda de prensa que aunque pareciera raro, las investigaciones habían revelado que Moninder no era consciente de las violaciones, asesinatos y descuartizamientos que se practicaban en su casa. Pues sí, la verdad es que parece bastante increíble esta nueva versión. Arun Kumar añadió que "en todo el mundo no hay ningún ejemplo de dos psicópatas viviendo juntos o participando en los mismos crímenes", según recoge la BBC. Una afirmación que denota que el jefe de policía no debe tener mucha idea de asesinos en serie: Burke y Hare, Ian Brady y Myra Hindley (Gran Bretaña); Henry Lee Lucas y Ottis Elwood Toole, Kenneth Bianchi y Angelo Buono (Estados Unidos); James Miller y Chris Worrell (Australia); El Doctor Teet Haerm y el Doctor Allgen Lars Thomas (Dinamarca); Abel Wolfgang y Mario Furlan (Italia); o Gilles de Rais y sus criados (Francia).
Kumar explicó que Surendra es un psicópata caníbal, que confesó haber comido trozos de sus víctimas, y que puede ser aficionado a la necrofilia.


Se calcula que en India desaparecen más de 44.000 niños cada año. Sólo en las seis grandes ciudades desaparecen más de 15.000 menores al año, de los que se encuentra a menos de 5.000. Suelen acabar en prostíbulos, en la industria del porno, en otro país, como mano de obra barata o en las mafias de la mendicidad.

*Moninder Singh Pandher y Surendra Koli son los nombres más empleados por The Times of India, la BBC y la CNN, donde también se refieren a Surendra como Surinder. En otros medios de comunicación llaman al empresario Maninder o Mohinder Singh Pandher y al criado, Surender o Subhash Kohli.


Gilles de Rais
El término "asesinos en serie" lo inventó Robert Ressler y apareció por primera vez en el New York Times en 1986. Dos años antes, Ronald Reagan hablaba de "asesinos recurrentes" y hasta entonces eran simplemente asesinos múltiples sin lógica, sentido o motivación aparente. Pero mucho antes que todo esto se utilizaban otros términos para referirse probablemente a los mismos sujetos: ogros, hombres lobo, vampiros,... Todos ellos, asesinos en serie.
Los ogros, unos hombres grandes con barba que suelen matar a los niños que caen en sus garras. Pederastas, caníbales, con cámara de los horrores (Barba Azul); suelen ser ricos que residen en castillos o palacios lujosos, pero también hay padres de familia que viven con su mujer y sus hijas (el ogro de Pulgarcito). Casi todas las culturas tienen su particular versión del ogro, lo que parece indicar que siempre ha habido asesinos en serie por todas partes. La realidad se convertía en leyenda para adoctrinar a los niños y explicar a los adultos la existencia de asesinos que matan sin motivación lógica. A lo incomprensible de matar por el simple placer de matar se le intentaba buscar una explicación: el ogro mata porque se alimenta de niños, necesita sangre fresca para vivir o porque está embrujado, por ejemplo.
Algunos dicen que Perrault se basó en la figura de Gilles de Rais para escribir Barba Azul. De Rais era un noble francés del siglo XV, pederasta, sádico y homosexual, que violó, torturó y asesinó a más de un centenar de niños. Contaba también con la colaboración y complicidad de criados fieles, sin los cuales le habría sido difícil perpetrar tal cantidad de crímenes. Los sirvientes se encargaban de la provisión de niños, como decían había sucedido en Noida.
La justicia en la Francia del siglo XV parece que era un poco más universal que en la India actual, ya que juzgaron y condenaron a pena de muerte a Gilles de Rais, a pesar de ser noble y uno de los hombres más ricos de Francia. Aunque, en realidad, lo que realmente molestó al tribunal de la Inquisición que le juzgó era la acusación de practicar magia negra; al fin y al cabo, los niños asesinados también eran pobres.
Probablemente, Gilles de Rais siempre fue un psicópata asesino, pero esto no fue un problema mientras luchaba en la Guerra de los Cien Años, sino una ventaja, ya que ganó tantas batallas gracias a su crueldad que se convirtió en un héroe nacional.
Gilles era el primogénito de Guy II de Laval de Blaison y Marie de Craon. Su padre se cambió el nombre por Guy de Rais para heredar de su prima Jeanne de Chabot, conocida como Jeanne la Sage, última de la familia De Rais. Pero, finalmente, Jeanne nombró heredera universal a la abuela de Marie. El padre de la joven, Jean de Craon, decidió entonces que Guy y Marie contrajeran matrimonio para evitar conflictos entre las familias.
Guy y Marie se casaron en febrero de 1404 y a finales de ese año nació Gilles de Rais en Anjou, Bretaña. Dos años después, en 1406, falleció Jeanne de Chabot y nació el único hermano de Gilles, René. Marie de Craon murió en la primavera de 1415 y su marido en septiembre de ese mismo año. Guy de Rais había dejado en su testamento instrucciones para que a sus hijos los criara un primo y especificó que bajo ninguna circunstancia deberían quedar a cargo de su abuelo materno, pero Jean de Craon no quería dejar escapar la fortuna de sus nietos y se hizo cargo de su educación. Jean era un hombre astuto, maquiavélico y despiadado, un intrigante estratega que educó a Gilles en las artes de la guerra y le inculcó la idea de que como heredero de los De Rais y De Craon estaba por encima de la ley de Francia. Por orden del abuelo, Gilles raptó en 1420 a su prima Catherine de Thouars, de 16 años, y se casó con ella. Era una cuestión de expansión territorial porque la familia de Catherine tenía terrenos colindantes a los de De Rais. En 1429 tuvieron una hija, Marie.
 

Mariscal de Francia
Gilles de Rais fue un héroe nacional
Gilles de Rais comandó las tropas que escoltaron a Juana de Arco, una joven que creía ser la elegida por Dios para liberar a Francia de los ingleses, en la Guerra de los Cien Años. Esta guerra fue en realidad una serie de batallas que se sucedieron de 1337 a 1415, entre ingleses y franceses que se disputaban el trono de Francia. En 1328 Carlos IV de Francia había muerto sin descendencia, le sucedió Felipe VI de Valois, pero Eduardo III de Inglaterra, hijo de Isabel de Francia, creía ser su legítimo sucesor. Tras una serie de derrotas francesas en la segunda fase de la guerra, Gilles y Juana de Arco entraron en acción en 1429 y con un ejército de 10.000 hombres liberaron Orleans del asedio británico. El tándem siguió cosechando victorias hasta que consiguieron coronar a Carlos VII como Rey de Francia en Reims. Los ingleses, por su parte, con el apoyo de Felipe, Duque de Borgoña, coronaron a Enrique VI como Rey de Francia en París.
En 1429 nombraron a Gilles de Rais Mariscal de Francia. Por entonces, no había un ejército permanente y se convirtió en el militar con mayor rango del país y en uno de los hombres más ricos de Francia. En 1430 el Duque de Borgoña capturó a Juana de Arco y se la entregó a los ingleses. Al año siguiente, en 1431, la quemaron en la hoguera acusada de brujería. En 1432 falleció su abuelo. (Antes de morir se arrepintió de haber convertido a Gilles en un monstruo y donó dinero a hospitales y a sus campesinos).
Sin guerra en la que matar, con sus aliados que habían caído en desgracia y sin su abuelo, el experto en estrategias para prosperar social y económicamente, lo único que le quedaba a Gilles era retirarse de la vida pública a sus castillos, donde se dedicó a violar y matar a niños y a despilfarrar su fortuna.


Los crímenes
Gilles confesó que había empezado a matar, tras la muerte de su abuelo, en el castillo de Champtocé y que después continuó en él de Machecoul, donde se cometieron la mayor parte de los crímenes. Se cree que la primera víctima fue un niño de 12 años que le llevó su primo Gilles de Sillé al castillo de Champtocé. De Sillé le dijo al padre que necesitaba que llevara un mensaje a Machecoul y, tras su desaparición, que lo habían raptado unos ladrones. Se cree que Gilles de Sillé, Roger de Bricqueville, otro primo del psicópata, y Perrine Martin, una mujer, se encargaron de la provisión de víctimas, pero no participaron en los crímenes. También le llevaban niños Henriet Griart y Etienne Corrillaud, alias Poitou, dos criados que, además, participaron en los asesinatos y se encargaban de deshacerse de los cadáveres, quemándolos poco a poco para no levantar sospechas. Poitou era un joven atractivo que había entrado al servicio de Gilles en 1427 como paje, cuando tenía diez años.
Entre 1432 y 1440 desaparecieron un millar de niños de la zona. Los campesinos se percataron del inusual número de desapariciones y empezaron a circular rumores de que en Machecoul se comían a los niños y otras cuestiones sobrenaturales.


La alquimia
Mientras tanto, Gilles de Rais donaba dinero a órdenes religiosas para la construcción de iglesias, mantenía a 200 caballeros que le acompañaban en sus excursiones y cacerías, sus castillos estaban abiertos día y noche a los visitantes y era un anfitrión generoso. Cuando empezó a tener problemas económicos se rodeó de una corte de estafadores que se hacían pasar por magos, nigromantes y alquimistas, para vivir a su costa. Empezó buscando la piedra filosofal y acabó intentando vender su alma al diablo.
Por entonces, la alquimia estaba prohibida en Francia por la Iglesia y el rey. Los alquimistas buscaban principalmente la Piedra Filosofal (que podía convertir metales en oro), el Elixir de la Vida (que daba longevidad) y el Alkahest (el disolvente universal). De todo esto, lo único que interesaba a Gilles era la Piedra y el Elixir, para conseguir sus dos obsesiones: riqueza y la vida eterna. La mayoría de los alquimistas eran charlatanes, pero algunos lo intentaban de verdad e hicieron importantes aportaciones a lo que se convirtió en la Química. Pensaban que todos los metales, incluido el oro, estaban compuestos de mercurio y que sólo había que buscar la cantidad exacta. Desde Demócrito, que en el año 200 a.C. recogió en "Physica et Mystica" sus recetas para hacer oro, pasando por Abu Musa Jabir ibn Hayyan (Geber) en el siglo VIII, por el español que también se hacía llamar Geber en el siglo XIII, hasta el ciéntifico Robert Boyle en el siglo XVII, cientos de alquimistas intentaron conseguir la fórmula del preciado metal. Muchos reyes, nobles y religiosos patrocinaron las investigaciones y se convirtieron en una especie de mecenas de alquimistas, con la esperanza de ser más ricos que nadie. En Francia se creía que Nicholas Flamel, un contemporáneo de Gilles de Rais, que falleció en 1418, había encontrado las dos obsesiones de Gilles porque se hizo rico y vivió 88 años. Se decía que en enero de 1382 había conseguido convertir mercurio en plata y que tres meses después lo convirtió en oro. Con el tiempo, se llegó a la conclusión de que su riqueza podía provenir de que también era un prestamista avaro y su longevidad, de su vida austera y comedida, pero a principios del siglo XV casi nadie dudaba que se podía conseguir. Gilles no era una excepción y mandaba a Eustache Blanchet, uno de sus sacerdotes, a buscar alquimistas. Algunos le timaron directamente y otros se instalaron en sus castillos con sus artilugios y experimentos.
Hoy en día la idea de poder convertir mercurio en oro puede parecer absurda, pero hasta Isaac Newton, en el siglo XVII, invirtió gran parte de su tiempo libre en intentarlo. Se cree que los experimentos le trastornaron, tenía manía persecutoria, insomnio, problemas digestivos, pérdida de apetito y memoria. Síntomas frecuentes en el envenenamiento por mercurio con el que experimentaba. El envenenamiento crónico por mercurio, que padecieron muchos alquimistas, produce episodios de timidez alternados con ira y agresividad, falta de concentración, pérdida de memoria, depresión, insomnio, irritabilidad y apatía. Y hay quien dice que fue el contacto con este elemento, por los experimentos realizados en sus castillos, lo que pudo trastornar a Gilles de Rais.


Invocaciones demoníacas
Al ver que no aparecía por ningún lado la Piedra Filosofal, Gilles decidió que lo mejor era invocar al Demonio para convertirse en el hombre más rico y poderoso de Francia. En mayo de 1439, Eustache Blanchet le trajo a François Prélati, un atractivo timador de 22 años. Esa noche de San Juan, Prélati reunió a Gilles de Rais, Poitou, Henriet Griart, Blanchet y Gilles de Sillé en una sala del castillo de Tiffauges para invocar al Maligno. De Rais le esperaba con un libro de letras rojas que, según rumores que circulaban por el pueblo, había sido escrito con la sangre de los niños. Esperaron durante horas, hasta que estalló una tormenta que interpretaron como un signo de las estrechas relaciones entre Prélati y Satanás. Gilles pensaba darle al Diablo todo lo que quisiera a cambio de vida eterna y una fortuna ilimitada.
Mientras tanto, su hermano buscaba la forma de evitar que dilapidara lo que quedaba de la fortuna familiar y consiguió que el rey publicara un edicto por el que se le prohibía vender más propiedades. René empezó a controlar las posesiones de la familia, y Gilles decidió enviar a Poitou y Henriet Griart a deshacerse de las decenas de cadáveres que tenían en una torre de Macheoul a la espera de ser incinerados.


La detención
En 1440, Gilles de Rais asaltó la iglesia de St. Etienne de Mer Morte y ordenó apalear al clérigo, Jean de Ferron, hermano del Tesorero de Bretaña, al que había acusado de ocupar uno de sus castillos. Entonces, el Obispo de Nantes, Jean de Malestroit, investigó las andanzas del noble. En julio elaboró un informe en el que afirmaba que De Rais había sodomizado y asesinado a niños, invocado a demonios y había hecho pactos con los muertos. Viendo que las cosas se ponían feas, Gilles de Sillé y Roger de Bricqueville se quitaron de en medio y no se volvió a saber de ellos.
Finalmente, el Obispo ordenó la detención de Gilles de Rais en septiembre de 1440, y se lo llevaron a Nantes, ante el tribunal de la Inquisición. Le acusaron de 140 asesinatos, sodomía, herejía y ataque a la inmunidad de la Iglesia. En uno de los 47 cargos presentados contra el noble se le acusaba de "llevarse a niños y niñas, matarlos inhumanamente, descuartizarlos, quemarlos o torturarlos, y de inmolar los cuerpos de los inocentes a los demonios, invocaciones y sacrificios a espíritus diabólicos, cometer el pecado de sodomía con niños pequeños y otros actos lujuriosos contra natura con niñas pequeñas (...) mientras los inocentes niños y niñas estaban vivos o, a veces, muertos o, a veces, mientras agonizaban".
Detuvieron también a Poitou, Henriet Griart, Prélati y Blanchet, que confesaron bajo tortura. Poitou, describió como Gilles había violado al primer desaparecido mientras estaba colgado del cuello. Explicó que antes de morir, lo descolgó, consoló y lo volvió a violar antes de asesinarlo. Según Poitou, a Gilles los niños le solían durar una tarde y después los mataba, degollándolos, descuartizándolos o golpeándoles en el cuello con un palo. Contó que a veces los sodomizaba cuando estaban a punto de morir y que tenía un orgasmo cuando morían y que, de vez en cuando, también sodomizaba a los cadáveres. También explicó que abría los cuerpos en canal y se dedicaba a contemplar los órganos. Según Poitou, " para practicar sus vicios con niños y niñas, contra los dictados de la naturaleza, Gilles primero cogía su vara en su mano izquierda o derecha y se la frotaba hasta que estaba erecta; entonces la ponía entre las piernas de niños y niñas, sin interesarse por el receptáculo natural femenino, y frotaba su vara o su miembro viril en las barrigas de los niños y niñas, con excitación libidinosa, hasta que emitía el esperma en sus estómagos (...) después de haber tenido un orgasmo, él sentía mucho placer contemplando las cabezas de los niños separadas de los cuerpos. A veces les hacía una incisión en la parte posterior del cuello para hacerlos morir lentamente, momento en el que se excitaba mucho, y mientras estaban desangrándose, a veces, se masturbaba sobre ellos y, a veces, lo hacía después de que hubieran muerto, mientras sus cuerpos seguían calientes".
En principio, Gilles se negó a contestar a las acusaciones, y el Obispo de Nantes le excomulgó. Días después, aparentemente preocupado por la Salvación Eterna, reconoció los crímenes. Explicó que había actuado voluntaria y libremente y que era el único responsable de sus acciones, que "había cometido sus crímenes según su imaginación e idea, sin el consejo de nadie y siguiendo sus propios sentimientos". Únicamente por su "propio placer y deleite carnal y sin ningún otra intervención o cualquier otro fin". Insistió en el tema probablemente para evitar que pareciera parte de un ritual satánico que le llevaría directamente a la hoguera. Le dieron la absolución y readmitieron en la Iglesia.
Pero Poitou, Henriet Griart, Prélati y Blanchet también confesaron que habían participado en las invocaciones demoníacas. Aun así, Gilles siguió negándolo porque seguramente pensaba que podía librarse de la pena capital por matar a un centenar de niños pobres, pero no por herejía. Así que, torturaron también a Gilles, y acabó confesando sus relaciones con Lucifer


La confesión de Gilles de Rais
"Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros use palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros los até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer al herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad (...) Contemplaba a aquellos que poseían hermosa cabeza y proporcionados miembros para después abrir sus cuerpos y deleitarme a la vista de sus órganos internos y muy a menudo, cuando los muchachos estaban ya muriendo, me sentaba sobre sus estómagos y me complacía ver su agonía", dijo De Rais.
El psicópata muestra rasgos sadomasoquistas, al explicar qué le llevó a matar: "Recuerdo que desde mi infancia los más grandes placeres me parecían terribles. Es decir, el Apocalipsis era lo único que me interesaba. Creí en el infierno antes de poder creer en el cielo. Uno se cansa y aburre de lo ordinario. Empecé matando porque estaba aburrido y continué haciéndolo porque me gustaba desahogar mis energías. La muerte se convirtió en mi divinidad, mi sagrada y absoluta belleza. He estado viviendo con la muerte desde que me di cuenta de que podía respirar. Mi juego por excelencia es imaginarme muerto y roído por los gusanos".


Pena de Muerte
Condenaron a pena de muerte a Gilles de Rais, Poitou y Henriet Griart, a cadena perpetua a Prélati y encarcelaron a Perrine Martin en una prisión de Nantes, en la que falleció.
Gilles, Poitou y Henriet fueron ejecutados el 26 de octubre de 1440 en Nantes.




 

 


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