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Vidal, de 28 años, estranguló por celos a su mujer Eduvica, también de 28, y trató de hacerlo pasar por un suicidio. Para ello, después de estrangularla, le ató una cuerda al cuello y la colgó de una viga del techo. El avieso pollero, convencido de que estaba cometiendo el crimen perfecto, no quiso dejar ningún detalle al azar. Si una persona se suicida, pensó, tiene que dejar una carta de despedida. De modo que escribió una carta en la que su víctima anunciaba su decisión de dejar este mundo. Esto fue lo que le perdió. Por lo visto, no se acordó de que su difunta esposa era analfabeta y no sabía leer ni escribir. La policía no tardó en descubrirlo y Vidal acabó confesando su crimen. Repostan un coche en la gasolinera donde lo robaron Juanma. Artemio C. y Ernesto G. querían ir desde Florida a Mississippi, pero no tenían coche. En septiembre, tras preguntar al empleado de una gasolinera de Pensacola si podía llevarles, y recibir una negativa, decidieron robar un Ford Escort que estaba aparcado junto a la gasolinera y que pertenecía a otra empleada del establecimiento. Le empleada denunció el robo a la policía y se puso a barrer colillas en el aparcamiento. La sorpresa vino menos de una hora después, cuando vio llegar un coche que se parecía mucho al suyo. Sí, hasta le faltaba el mismo tapacubos que a su perdido Escort. La policía estaba todavía introduciendo los datos del robo en su ordenador cuando recibió la segunda llamada: los ladrones habían ido a la misma gasolinera a llenar el depósito. Los atendió el mismo empleado al que habían pedido que los llevara a Mississippi, un vietnamita que habla español. Tras preguntarles por qué habían regresado, apagó el motor del coche y les ofreció un vaso de agua mientras los demás empleados llamaban a la policía. Los ladrones salieron corriendo, pero fueron detenidos sin dificultad por dos agentes y un perro. "Menos mal que tenía el depósito casi vacío", comentó la dueña del coche robado. Y menos mal que te lo robaron unos zoquetes, añadimos nosotros. Marihuana fantasma delata a su dueño
Esther.
Anthony R. Martin, de 52 años, ha plantado en su casa de Belleville
(Illinois) unas plantas de Marihuana que aparecen y desaparecen, y que
le han metido en un montón de problemas con la policía.
Él está convencido de que es su vecina quien se las roba
y restituye, pero parece que los agentes del orden no le creen. En septiembre
llamó a la policía borracho para denunciar que su vecina
le había robado las plantas. Pero cuando llegaron los agentes y
les condujo al lugar donde guardaba la desaparecida droga, las macetas
seguían intactas. Martin insistió en que su vecina se las
había robado y se las debía haber devuelto, sin que él
se diese cuenta, mientras les llamaba. Y la policía, inexplicablemente,
lejos de detener a la vecina, ha arrestado a Martin por posesión
y cultivo de Marihuana.
Al día siguiente, los ladrones fueron al aeropuerto internacional de Denver y pidieron billetes sólo de ida a México. Cuando les dijeron que no era posible, pidieron de ida y vuelta. Para entonces, el FBI ya había distribuido sus fotografías por todos los lugares pertinentes. Un agente de policía los reconoció por las fotos -y por su acento- y los detuvo en el control de pasaportes. Los dos atracadores han pedido perdón a los empleados del banco atracado. A uno de ellos le han caído cuatro años y medio; al otro, cinco años, por tirar al suelo a uno de los empleados. La policía de Colorado está encantada con estos ladrones importados, que utilizan armas sin cargar y son tan generosos dejando pistas. No están acostumbrados a tantas facilidades. Oriental sale de Norteamérica con pasaporte de marido Esther. Con eso de que todos los orientales parecen iguales a los ojos del occidental (y viceversa), Chen Danlei, una mujer de 28 años que estaba en búsqueda y captura, consiguió pasar en septiembre todos los controles del aeropuerto de Lafayette (Indiana, EE.UU.) y tomar un vuelo con destino a Shanghai vestida con ropa masculina y utilizando el pasaporte de su marido, al que presuntamente había asesinado. El problema surgió cuando llegó al aeropuerto de Shanghai, donde -como era de esperar- los agentes se dieron cuenta inmediatamente de que se trataba de una mujer con un pasaporte de varón. Finalmente, se descubrió que Chen Danlei había matado presuntamente a su marido y después había descuartizado el cadáver y guardado los trozos en el maletero de su coche, donde apareció días después. A Chen le habían confiscado previamente su pasaporte porque tenía una causa pendiente por haber apuñalado a ese mismo marido en diciembre de 2004, mientras mantenían relaciones sexuales. Recuperada caja fuerte robada con Marihuana dentro
Según la denuncia, la caja, de 90 kilos de peso, le fue robada de su casa en agosto. Contenía entre otras cosas dos rifles y una colección de dólares de plata. Seguramente, el hombre no contaba con que la policía recuperara su caja fuerte, pero a veces ocurren estas cosas. Los agentes detuvieron al presunto ladrón, llevaron la caja a comisaría y avisaron a su dueño para que identificara sus propiedades. Lo bueno vino al abrir la caja delante de su propietario. Además de los artículos citados en la denuncia, había casi medio kilo de Marihuana. El afortunado dueño de la caja no podía creer su suerte. Cae atracador de bancos por reciclaje de papel Esther. Últimamente es una cosa muy habitual, ya casi nadie escribe cartas y el atracador común, que no debe tener ningún motivo para guardar un folio en blanco en su casa, coge el primer papelajo que se encuentra para escribir su orden delictiva. En octubre, Michael Drennon, de 26 años, utilizó supuestamente un recibo con su nombre y dirección para atracar un banco en Philadelphia. Se molestó en tachar sus datos, pero la policía sólo tuvo que ver la hoja a contraluz para descubrir su identidad. Se duerme mientras roba gasolina Juanma. El robo de gasolina en pequeñas cantidades no es una especialidad demasiado sofisticada, así que no se puede esperar que los maestros criminales se dediquen a ella, pero llama la atención la cantidad de tarugos que son detenidos, por ejemplo, por encender un mechero para ver si el bidón está ya lleno (con la consiguiente ignición del combustible y el ladrón). El caso que nos ocupa denota algo más de ambición, pero la misma falta de competencia profesional. En septiembre un hombre de Muncie (Indiana, EE.UU.) se había hecho con una manguera, una bomba a pilas y un tanque de más de 200 litros, lo que le permitía robar mayores cantidades en las gasolineras. Lo malo es que la bomba debía de hacer un ruido muy arrullador, porque el hombre se quedó dormido mientras su aparato succionaba gasolina del depósito subterráneo de una gasolinera. Por la mañana, el encargado de la gasolinera llegó a abrir el negocio y se encontró una furgoneta blanca aparcada, con la manguera conectada, la bomba en funcionamiento y la gasolina desbordando el tanque. En el interior de la furgoneta, el ladrón dormía apaciblemente. Hubo que llamar a los bomberos para desconectar el artilugio. Al hombre se le encontró además un arma de fuego para la que no tenía permiso. Al precio que tiene la gasolina en EE.UU., el producto de robo habría valido unos 150 dólares. |
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revista
bimensual de crítica de crímenes
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número 12- noviembre 2005
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próximo número enero 2006
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