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Grabaciones de la ropa interior de chicas en tiendas Juanma. Seguramente se trata del récord de cutrez en seudoporno para adolescentes descerebrados. Unos voyeurs graban con cámaras ocultas la ropa interior de las chicas que están de compras en comercios de Málaga (España), y cuelgan los vídeos en Internet. Las grabaciones duran entre diez segundos y tres minutos.
No se trata de grabaciones hechas en los probadores, sino de contrapicados de chicas que miran los percheros y estanterías, examinando prendas. Se elige a chicas con minifalda, que vayan en grupos y estén distraídas mirando las prendas. El voyeur se acerca por la espalda y graba desde abajo la ropa interior de la víctima, sin que ésta se dé cuenta. Algunos de los vídeos son "tomas falsas", es decir, intentos fallidos en los que el autor provoca sospechas y decide cortar. No se sabe cómo se realizan las grabaciones. Un teléfono móvil con cámara, manejado con la mano, sería fácil de ver y despertaría sospechas, si no entre las distraídas víctimas, sí entre otras clientes. Más probable es que la cámara vaya en una bolsa, más fácil de situar bajo la línea de la falda para captar las deseadas imágenes. Pero tampoco se descarta una opción más sofisticada: una cámara en un zapato, que no despertaría sospechas y facilitaría la aproximación. Tanta tecnología para grabar unas bragas desde abajo. La porno-reality toca fondo. Extraña oferta de empleo Andrea. En Tokio (Japón) ha aparecido en septiembre una curiosa forma de reclutar cómplices para delinquir. Como si se tratara de un trabajo normal Tomoyasu Shinkawa, un parado de Tokio, publicó un anuncio de empleo en un sitio de internet ofreciendo 400.000 yenes por un trabajo, pero advirtiendo que era peligroso. Yoku Shimoyama no hizo caso a la advertencia y se puso en contacto con Shinkawa. El 13 de Marzo, los dos hombres más un tercer cómplice asaltaron una tienda en Shibuya-ku y, tras amenazar a los dependientes, se llevaron 2.6 millones de yenes, además de varias cámaras digitales. Tras el robo, Shimoyama sí recibió sus 400.000 de pago, pero seis meses más tarde, y quizá llevado por remordimientos tardíos, se entregó a la policía con la que colaboró para atrapar a los otros dos asaltantes. El robo de nonatos Esther. Lo de robar bebés del vientre de su madre se está convirtiendo en una espeluznante nueva tendencia criminal. Tal vez animados por el caso de Lisa Montgomery en diciembre de 2004.
Por otro lado, en Pennsylvania han detenido también en octubre a Peggy Jo Connor, de 38 años, por cortarle el estómago con una navaja a su vecina Valerie Oskin, de 30 años, para intentar robarle el bebé. Según la policía, Peggy le dio un golpe en la cabeza a la vecina embarazada y se la llevó en coche a un bosque donde empezó la carnicería. Un joven que pasó en un todoterreno avisó a la policía. |
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revista
bimensual de crítica de crímenes
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número 12- noviembre 2005
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próximo número enero 2006
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E.Cordeiro. 2003
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