Soy Carlos Alberto.
Vivo en un piso de Alcorcón (Madrid) desde hace 9 años y
hemos tenido la desgracia de tener como vecinos a una pareja que han alquilado
una vivienda por un contrato de un año, donde después nos
hemos enterado que se practica la prostitución. Ellas (4 chicas
jóvenes) proceden a su actividad desde las 10 de la mañana
hasta las 8 de la tarde, con el consiguiente goteo de clientes y la inseguridad
que corre la finca debido a la falta normal de vecindario. La verdad es
que hemos pensado en medidas personales ya que hemos acudido a la policía,
y nos han dicho que no podemos hacer nada porque estas mujeres no hacen
escándalo alguno. Tememos por la seguridad de nuestras viviendas
y la salud de nuestros hijos pequeños. Si pudieran ofrecernos alguna
solución se lo agradeceríamos. Saludos.
Enrique Pérez Cabezas. En
Estados Unidos se han creado los "Premios Stella" para premiar cada
año las demandas judiciales más absurdas y de gente más
aprovechada.
El premio toma su nombre de Stella Liebeck, la mujer que en 1992 pasó
por un McDonald, compró una taza de café -en los clásicos
vasos de cartón térmico con la tapa de plástico-,
subió a su vehículo para seguir su viaje, la puso entre
sus piernas y, en una maniobra, el vaso se abrió y le quemó
las piernas. Stella, en vez de decir: "¡¡Qué tonta
soy!!, no debo poner los vasos de cartón con café caliente
entre mis piernas mientras conduzco en el vehículo", demandó
a McDonald, y el jurado terminó fallando a su favor por la suma
de 2,9 millones de dólares.
Gracias a Stella, ahora
las tazas de café en EE.UU. llevan un cartel que avisa a la
gente: "¡Cuidado!, dentro hay una bebida caliente y puede quemarse".
Vaya, ¡¡jamás se me hubiese ocurrido!!
Claro, advirtamos que luego de la apelación de McDonald, Stella
cobró bastante menos, pero el costo judicial de estas demandas
multimillonarias, y que principalmente benefician a los abogados en EE.UU.,
están convirtiendo su vida en una pesadilla para las grandes corporaciones.
Al poco tiempo se abrió el "Premio Stella" para premiar
las "mejores demandas" de cada año.
Los premios otorgados en 2002 son una belleza y es bueno que los conozcáis
por si vais a EE.UU. y estáis aburridos (y queréis demandar
a alguien para pasar el rato).
Quinta
posición
Terrence Dickson, de Bristol (Pennsylvania), estaba abandonando una casa
justo después de robarla, y decidió salir por el garaje.
Pero no pudo salir por la puerta del garaje porque estaba rota, y al intentar
volver a la casa se dió cuenta de que la puerta que conectaba ambas
estancias era de un único sentido, por lo que no podía volver a la
casa.
La familia estaba de vacaciones, y el señor Dickson (el ladrón)
se encontró encerrado en el garaje durante 8 días. Para
sobrevivir, lo hizo a base de latas de Pepsi y un enorme saco de comida
para perros que encontró.
Denunció al dueño de la casa por los daños morales
sufridos por aquel incidente, y el jurado accedió a situar la indemnización
del propietario al ladrón en medio millón de dólares
USA.
Cuarta
Posición
Kara Walton de Claymont, de Delawere, denunció con éxito al
propietario de un Club nocturno de la ciudad, cuando ella se cayó
desde la ventana del baño al suelo y se rompió los dientes
en la caída. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba escaparse
por la ventana del baño de mujeres para no pagar una cuenta de 3,50
dólares USA. El propietario tuvo que pagarle 2.000 dólares
y los gastos dentales.
Tercera posición
Un restaurante de Philadelphia tuvo que pagar a Amber Carson de Lancaster,
Pennsylvania, 113.500 dólares USA después de que resbalara
con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en
el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora
antes, durante una pelea.
Segunda
posición
Jerry Williams, de Little Rock, en Arkansas, quien percibió 14.500
dólares USA más los gastos médicos, despues de ser
mordido en el trasero por el perro de su vecino.
El perro estaba encerrado en una jaula dentro del jardín de su propietario. La
indemnización fue menor al percibir el jurado una cierta provocación
en el hecho de que el señor Williams estuviera disparándole
al perro desde arriba de la jaula con una pistola de balines.
Y... EL GANADOR ESSSSSSSS:
¡¡¡Mr. Merv Grazinski, de Oklahoma City!!!
En Noviembre de 2000 se compró una caravana marca Winnebago de
las grandes (de las que son a la vez coche y caravana). En su primer viaje,
estando en una autovía, seleccionó una velocidad de crucero
a 70 millas por hora (unos 120 km/h) y se fue a la parte de atrás
a prepararse un café, con la caravana en marcha a semejante velocidad.
No sorprende el hecho de que el camión/caravana siguiera recto
y tomara la tangente en la primera curva y colisionara.
Mr. Grazinski, muy contrariado,
denunció a Winnebago por no advertirle en el manual de uso de que
el programador de velocidad no es un piloto automático que toma
curvas, frena cuando es necesario e incluso detiene el vehículo
si preciso fuere. Por ello, fue recompensado con 1.750.000 dólares
USA más una nueva caravana. Actualmente, Winnebago advierte de
tal circunstancia en sus manuales, para el caso de que algún otro
imbécil compre uno de sus vehículos.